Para Borges, “Fierro cuenta su historia, a partir de la plena edad viril, tiempo en que lo está buscando la vida. (…) Su tema no es la imposible presentación de todos los hechos que atravesaron la conciencia de un hombre, ni tampoco la desfigurada, mínima parte que de ellos puede rescatar el recuerdo, sino la narración del paisano, el hombre que se muestra al contar”.
Para Borges, Hernández escribió Martín Fierro para denunciar injusticias locales y temporales, pero en su obra entraron el mal, el destino y la desventura, que son eternos.
A partir de esas consideraciones teóricas:
a) explica la importancia del narrador en primera persona para la narración de la vida de Martín Fierro, reflexiona sobre la elección de este recurso estilístico;
b) explica por qué el gaucho Martín Fierro es reclutado para luchar en las fronteras;
c) destaca alguna injusticia social sufrida por Fierro a lo largo de sus aventuras;
d) explica cómo el gaucho Martín Fierro y Cruz se vuelven amigos;
e) diserta sobre la payada de contrapunto en La vuelta de Martín Fierro, menciona quién desafía a Fierro, el porqué del desafío y quién vence.
a) Es
posible observar en todo poema narrativo la fuerte presencia personal del
narrador, así como dice Borges, “Fierro cuenta su historia, a partir de la
plena edad viril, tiempo en que lo está buscando la vida”. De esa manera la
importancia del narrador en primera persona se basa en hechos “reales” de su
vida, que los canta “al compás de la vihuela”, así Martín Fierro se presenta,
primera parte, canto I: Aquí me pongo a cantar / al compás de la
vigüela,/ que el hombre que lo desvela / una pena estrordinaria, /como la ave
solitaria / con el cantar se consuela.
El
narrador en primera persona construye un efecto de “realidad” o sea, se
consigue una verosimilitud más alcanzable, pues demuestra ser un testigo
ocular, hechos vividos por él, traídos con ayuda de la memoria y de los santos
del cielo, de ese modo compone versos ordenados que desarrollan su vida en una
historia cantada. Además, es posible entender que la elección de este recurso
estilístico es intencional, para establecer ese posicionamiento personal, pues
“la narración del paisano, el hombre que se muestra al cantar” es el Martín Fierro:
“Pido a los Santos del Cielo / que ayuden mi pensamiento, / les pido
en este momento / que voy a cantar mi historia / me refresquen la
memoria / y aclaren mi entendimiento. / Vengan Santos milagrosos, / vengan
todos en mi ayuda, / que la lengua se me añuda / y se me
turba la vista; / pido a mi Dios que me asista / en una ocasión tan ruda”.
Luego,
la importancia el uso de un narrador en primera persona es responsable por registrar
las percepciones del paisano: “Yo he conocido esta tierra / en que el paisano
vivía” (canto II), compuesta por “el mal, el destino y la desventura”, “Ninguno
me hable de penas, / porque yo penado vivo, / y naides se muestre altivo”
(canto II), rellenada de características propias que incluye sus costumbres, su
manera de hablar, su tierra, su forma de vida, además de “denunciar injusticias
locales y temporales”. De ese modo es posible entender los versos primeros del
canto I: “Yo no soy cantor letrao / mas si me pongo a cantar / no tengo cuando
acabar / y me envejezco cantando”, “Soy gaucho, y entiéndanlo / como mi lengua
lo esplica / para mi la tierra es chica / y pudiera ser mayor; ni la víbora me
pica / mi quema mi frente al sol”.
b) Para
entender el motivo que el gaucho Martín Fierro es reclutado para luchar en las
fronteras tenemos que empezar por los finales del canto II que narra su vida
anterior para entender el sucedido: Martín Fierro es reclutado para luchar en
las fronteras “por la persecución de un juez” (canto XXX).
Como
narra en los finales del canto II la vida del paisano Martín Fierro y sus
compañeros era buena: “Ricuerdo ¡qué maravilla! / cómo andaba la gauchada,
siempre alegre y bien montada / y dispuesta pa el trabajo;”, “Y ansí, pues, muy
grandemente pasaba siempre el gauchaje.”, “Venía la carne con cuero, la sabrosa
carbonada, / mazamorra bien pisada, / los pasteles y el güen vino…”. Pero, con toda esa instancia de trabajo y
alegría no bastaba, el destino vino para acaba con esto: “pero ha querido el
destino / que todo aquello acabara”, “lo mandan a la frontera / o lo echan a un
batallón” (canto II).
El
canto III empieza recuperando como era la vida de Martín Fierro y sigue
narrando como fue sirviendo en la frontera: “Tuve en mi pago en un tiempo /
hijos, hacienda y mujer, / pero empecé a padecer, / me echaron a la frontera”.
Los versos siguientes, del mismo canto, especifica el por qué el gaucho es
reclutado, o sea, porque le quiso el juez: “Cantando estaba una vez / en una
gran diversión; / y aprovechó la ocasión / como quiso el juez de paz. / se presentó,
y ahí no más / hizo una arriada en montón”. No solo fue Martín Fierro
reclutado, aunque muchos otros “lograron escapar”, pero él no quiso disparar,
pues “soy manso y no había por qué; / muy tranquilo me quedé / y ansí me dejé
agarrar”.
De
ese modo, “formaron un contingente / con los que en el baile arriaron” y el
Juez miró a Martín Fierro “en la última votación” y le dice que “… servía /a
los de la esposición”. Asi Martín Fierro fue reclutado, con los demás
compañeros, a servir a la frontera, sufriendo “ese castigo / tal vez por culpas
ajenas”.
c) De
muchas injusticias sociales sufrió Fierro a lo largo de sus aventuras, pero las
primeras se pueden conocer por las arbitrariedades en la frontera. En el canto
tercero se nota: “Al principio nos dejaron / de haraganes criando sebo, / pero
después… no me atrevo / a decir lo que pasaba. / ¡Barajo!... si nos trataban
como se trata a malevos”.
Es
posible observar cómo eran tratados los paisanos, los gauchos reclutados,
trabajaban mucho y no le pagaban: “!La pucha, que se trabaja / sin que le
largen ni un rial!”, además sufrían malos tratos sin necesidad: “Y aunque usté
no hiciera nada, / … / le daban cada cepiada / que lo dejaban enfermo”.
Tales
injusticias eran sufridas por todos, incluso Fierro, pero aquí hay de destacar
una que se cometió a él. Se narra a partir del canto IV – “cuando se anunció un
salario / que iban a dar, o un socorro; / pero sabe Dios qué zorro / se lo
comió al comisario”. Fierro no recibió su salario, pues no estaba en la lista
de pago, dos años llevaba trabajando y la codicia e injusticia lo tocó. Así
dice Fierro: “Tal vez mañana / acabarán de pagar” y se lo contestó el mayor: “-
Qué mañana ni otro día” … “La paga ya se acabó, / siempre has de ser animal.”
Los
versos siguientes, demuestran la injusticia social sufrida por Fierro y su
condición de sirviente: “Se le pusieron los ojos / que se le querían salir, / y
áhi no más volvió a decir / comiéndome con la vista:/ “-¿Y qué querés
recebir / si no has dentrao en la lista?”. “-Este sí que es amolar”, / dije
yo pa mis adentros, / “van dos años que me encuentro / y hasta áura he visto ni
un grullo; / dentro en todos los barullos / pero en las listas no dentro”.
“Vide el plaito mal parao / y no quise aguardar más... / Es güeno
vivir en paz / con quien nos ha de mandar, y, reculando pa trás, / me le
empezé a retirar”. Luego, el narrador apunta la injusticia expresando
rabiosamente: “!Ah hijos de una!... ¡La codicia / Ojála les ruempa el saco!”,
de esa manera demuestra las vicisitudes sufridas, como sigue: “Ni un pedazo de
tabaco / le dan al pobre soldao, / y lo tienen, de delgao, / más ligero que un
guanaco”.
d) En el canto IX se puede entender cómo el gaucho Martín
Fierro y Cruz se vuelven amigos.
Estaba Martín Fierro
solo y triste en el campo, pasando las noches enteras a contemplar las
estrellas, “sin tener más compañía / que su soledá y las fieras”. Escucho un
grito de un ave y muchos jinetes a aproximar, se vio en peligro y se puso
atento, era la policía a perseguirlo: “… aquí está la policía / que viene
ajustar tus cuentas”.
El
canto describe la lucha que Martín Fierro tuvo con la policía y después de
tener matado casi todos sintió en las costillas un sable a apuntarle, y en ese
momento “la sangre se me heló.” Era
Cruz, que iba a matarle, pero un gaucho gritó a Cruz: “!Cruz no consiente / que
se cometa el delito / de matar ansí un valiente!”. En seguida Cruz y Fierro
estaban luchando juntos: “Y áhi no más se me aparió, / dentrándole a la partida”,
volviéndose amigos.
Más
adelante, en el cuento XII, se puede afirmar que Fierro y Cruz se volverían
amigos después de ese episodio, como se canta en los versos: “Ya conoce, pues,
quién soy;/ tenga confianza conmigo;/ Cruz le dio mano de amigo / y no lo ha de
abandonar. / Juntos podemos buscar / pa los dos un mesmo abrigo”.
e) La
payada de contrapunto empieza en el canto XXX, pero en el anterior se anticipa
el desafío que Moreno provoca a Martín Fierro. Después de contar Picardía su
historia, todo se quedó en silencio, y “el presumido cantor”, “se sentó con
toda calma / echó mano al estrumento / y ya le pegó un rajido; / era fantástico
el negro”, de ese modo “todo el mundo conoció / la intención de aquel moreno: /
era claro el desafío / dirigido a Martín Fierro”. “y ansí cantaron los dos / en
medio de un gran silencio” (canto XXIX).
Por
todo el canto XXX se va a desarrollar el cantar de contrapunto entre Moreno y
Fierro. Por primero comienza Fierro alabando los cantores, diciendo sus deberes
y el coraje de aceptar el desafío: “A un cantor le llaman bueno, / cuando es
mejor que los piores”, “Es deber de los cantores / el cantar de contrapunto”,
“El hombre debe mostrarse / cuando la ocasión le llegue / hace mal el que se
niegue / dende que lo sabe hacer”.
El
moreno va contar su vida, cantando que su madre tuvo diez hijos y el dolor de
aquellas que pierden sus hijos, más adelante también canta sobre las almas que han
muerto y que pide oraciones y todo eso se lo hace contestando a Fierro, hasta
que termina y le da su licencia para que Moreno empieza a preguntarlo.
El
lector no entiende muy bien que está pasando, pero después que Moreno pide a
Fierro explicaciones sobre el tiempo, la medida, el peso y la cantidad y Fierro
se lo contesta prontamente, Moreno demuestra a lo que vino: “no solo jué por
cantar, / sinó porque tengo a más / otro deber que cumplir” e en seguida va a
recordar que su madre tuvo diez hijos y que el primero, lo más querido, murió
asesinado “por injustos modos, a manos de un pendenciero”.
De
ese modo es posible inferir que el negro que Fierro mató en el pasado a frente
de su amada (canto VII) era el hermano de Moreno, que ahora lo canta y espera
en Dios que se arregle cuentas como es debido. Fierro a darse cuenta del motivo
que Moreno lo desafió canta: “Y ya que nos conocemos, / basta de conversación”,
eses dos versos nos pueden afirmar la inferencia.
Adelante,
sigue Fierro, pues “todos tienen que cumplir / con la ley de su destino” y
recordará de su vida enumerando sus hechos: “primero fue en la frontera / por
persecución de un juez, / los indios fueron después, / y, para nuevos estrenos,
/ ahora son estos morenos / pa alivio de mi vejez”, en seguida no acepta el
desafío pues: “yo ya no busco peleas / las contiendas no me gustan”.
El
próximo canto, XXXI, narra que “después de estas palabras, / que ya la
intención revelan, / procurando los presentes / que no se armara pendencia, /
se pusieron de por medio / y la cosa quedó quieta”, de ese modo “Martín Fierro
y los muchachos, / evitando la contienda, / montaron y paso a paso / como el
que miedo no lleva”, se marcharon.
Luego,
se intentó aclarar, basado en el texto, que quién desafía a Fierro es el Moreno,
hermano del negro muerto, y por qué se lo desafió fue por ganas de arreglar el
pasado, o sea, pelear con el asesino de su hermano, y quién vence es nadie,
pues la contienda no se instaló, pues Fierro huyó.
Pero
se puede leer el final con otra posibilidad, si es el último a cantar el
ganador, se puede decir que fue Fierro que lo ganó, mismo no queriendo pelear
por su honor: “Y por lo visto no acabo / de salir de esta jarana; / puesto esto
es lo que se llama / remarchárselé a uno el clavo”.
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